lunes, 23 de mayo de 2011

LEIMOS Y COMPARTIMOS


Parte de novedades:

Hace dos años murió un hombre de nombre Mario,

de apellido Benedetti y

de profesión poeta…

A este mundo, de profesión profeta del pasado, debería importarle.

A este escritor, de profesión anacoreta, le es imprescindible gritarlo.

17 de Mayo 2009:

Renglones de un tal 17 de mayo a Mario Benedetti

Los periódicos deben estar locos…

andan rumorando que usted se nos fue,

que se murió,

lo escupen a ocho columnas,

“Ha muerto Mario Benedetti”

¿Cómo se le iba a ocurrir morirse, maestro?

Yo le dije que si usted se moría, del coraje, lo mataba…

Sin embargo… hay un hueco entre mis costillas

del tamaño de tres corazones rotos

y las lágrimas saben amargo

no me dejan leer las letras pequeñas

en las que dicen que no es cierto

que usted sigue sonriendo, escribiendo su penúltimo libro.

Porque siempre, siempre tiene que ser el penúltimo, maestro…

Yo a usted,

A usted don Mario,

no lo puedo conjugar en pasado,

no me da el vocabulario,

no hay verbo para meterlo a un ataúd

y luego llorarle en algún sitio apartado en el centro de Montevideo…

¡Cómo son idiotas los periódicos!

Mario Benedetti no se va…

a ese viejo de cabello gris, le quedan muchos sueños pendientes…

y la poesía le sigue brotando de cada canalización en los hospitales…

… pero que noticias tan imbéciles,

Si el maestro no hace mucho se reía de nuevo

de los doctores y de su teoría de los intestinos y la neumonía…

¡Qué va, Don Mario! ¿Muerto usted?

Pero primero se acaba el mundo, primero se termina el vino tinto y el churrasco en el planeta…

primero llora toda América al unísono y los países se vuelven del Sur y los visceversas se enderezan y a los formales se les quita el frío…

Sospecho de mis ojos traidores que no dejan de tirar lágrimas,

pero no les haga caso don Mario, estos ojos pendejos se lo creen todo a la primera…

Pero sospecho que esta vez va en serio, Don Mario…

Esta vez ya estaba hasta la madre de este mundo que nomás no podemos echar pa’lante

Y ahora si nos dijo en serio: “ya no más” y “ahí se las arreglan”

Sospecho de los compañeros incrédulos que me llaman pa’decirme lo mismo que he leído

Eso de que se nos fue…

y me la voy creyendo

a cada poeta que calla… a cada sonrisa que se apaga…

y a cada centímetro de existencia que se me desmorona….

Don Mario…

Doy fe de que este mundo ya no le merecía,

Don Mario

Doy fe de que su paso cansado tenía que acabarse un día…

Don Mario

Seguro Montevideo está calladito y con el cielo encapotado

Y el mundo, conforme se va enterando, igual, dice lo que puede

Y yo…

pues perdone la simpleza de mis letras,

Pero yo que le voy a escribir ahora,

Sí, le escribí en su tiempo, a su hora, en su momento

y a mi modo y como pude, le prometí que me iba a partir la madre por que el Sur

Siguiera también existiendo…..

Y ahora ¿Qué le digo del Sur?

¿Qué le digo?

Le digo que a este mundo ahora le falta un gran poeta…

y que mañana seguro lo leerán en los medios, en los enteros, en los periódicos

y le aseguro que le lloverán los homenajes,

Los merece… usted ya cambió al mundo…

Y me cambió a mí

Y a los poetas que queremos ser poetas, sencillamente poetas…

Don Mario… ¿Qué le digo?

Andariego, poeta de cabello gris y bigote silencioso…

Me duele, me duele su silencio

Me duele su libro inconcluso en la cabecera de su cama

Me duele el café pendiente en Montevideo algún jueves a las ocho menos quince…

¿Y qué le digo?

Nomás le advierto,

Que no estoy dispuesto a conjugarlo en pasado

Que en este pedazo de tierra en el que vivo, los muertos no se van si uno no quiere…

Así que se queda…

¿Está de acuerdo, maestro?

Me niego a seguir escuchando lo que dicen de su muerte,

Y le voy a armar una vida re bonita en el Tenampa, a un ladito de mi Jaime Sabines y mi José Alfredo, pa’ que le cuenten lo que le hacemos acá a los poetas cuando insisten en morirse….

17 de Mayo 2010:

Renglones de otro 17 de mayo a Mario Benedetti

Hoy, como las banderas no suelen bajar de su cúspide por los poetas,

ondean a media asta las páginas de mis poemas por usted,

Don Mario... por un año que ha dejado de ser un año...

Un año dejó de tener 365 días

para volverse cientos de poemas no escritos

un poeta menos para decirle al mundo lo que se merece,

al menos doce historias de hombres y mujeres de a pie que no serán escritas,

una pluma menos de las que no se inclinan ante nadie,

dos puños cerrados por el coraje del imperialismo insaciable,

cientos de sonrisas maquiavélicas más que se esbozan al haberse apagado una, la de usted, que despertaba las mentes somnolientas con su “quiero “y con nuestro “puedo”…

Mayo diecisiete dejó de ser domingo y ahora es lunes, y será martes y el calendario lo irá recorriendo por su terca naturaleza de cambiar para seguir siendo lo mismo,

pero aunque mayo diecisiete se vista de miércoles o jueves

llevará el estigma de habérselo llevado sin plebiscito, referéndum , elección, consulta popular o encuesta alguna…

así nomás llego el mal día y para ser un día famoso, para dejar de ser igual al dieciséis o a dieciocho se pone la efeméride de robarse al poeta, al vate, al amigo de cabello gris,

y por eso hoy lo tomo de referencia con las lágrimas aún pegadas a los párpados y con el corazón que todavía se esconde al enfrentar el calendario..

Al mundo no le bastan estos días raquíticos que solo juntándose alevosamente entre sí dan pa´ juntar el año,

no nos es suficiente la poesía que nos dejó,

proclamamos, reclamamos y exigimos con las palabras que usted nos enseñó,

así, con ese aire de protesta le reclamamos el poema inconcluso, los poemas que vendrían, el libro que no acabó en la cabecera de su cama…

Mario, a un año sin usted, ya no podemos …

A este mundo le sigue faltando su poesía que le diga cara a cara que se está pudriendo…

A los del norte les sobran motivos y les faltan críticas en forma de plegaria, regaladas al pueblo por un poeta del pueblo…

Y el sur sigue tambienexistiendo pero por aprendizaje condicionado y sobrevivencia instintiva,

pero no porque tenga ganas,

no porque usted se lo pida…

El cielo hoy amaneció encapotado Don Mario,

¿será que se acordó de usted?

¿o será que usted se acordó de nosotros,

o más bien usted se acuerda de nosotros

los que nos quedamos a no conformarnos con

sus letras impresas

y nos mandó su poesía en forma de nube?

¿Y la lluvia que cae serán sus lágrimas de impotencia por

que el mundo se cae a pedazos y ya no nos puede gritar en la cara?

Mario, a un año sin usted, ya no podemos sin usted…

El saldo de su partida, a un mayo del mayo aquel se la resumo

porque es triste y porque duele:

América se está comiendo así misma ,

El norte sigue mandando y los del sur ya no lo lamentan…

El México desde el que le escribo, y del que siempre le conté, está irreconocible Mario, sangrando, llorando, lamentando, muriendo,

no se acuerda ni de los poetas, ni de los que lucharon, ni de los que luchan y está con sus fiestas de cien años de quien sabe qué, por eso no voy a quitarle las líneas de este, su poema, en un informe doloroso y que ya se está quedando sin tinta…

Y regados por todo el continente van aún los pobres, cada vez en mayor número

y cada vez con menos fuerzas…

Y entonces me acuerdo perfecto de sus motivos, de los últimos para irse de un mundo que ya no lo merecía…

Su Uruguay está renaciendo, a paso lento, a paso firme,

pero las ideas están cada vez en tinta más legible,

por si no lo sabe,

por si no existe el cielo

por si en la vida más allá de la muerte no llegan las buenas nuevas,

se lo escribo,

y en el sur hay los que luchan, los que se desviven

y ahí les va como puede, pero no se dejan, sonría Mario, hay algunos países que se desvelan en plegarias latinoamericanas como las de ayer, y escriben nuevas en las bocas de los que no se venden, de los que no arrendan ni una hectárea de su pasado lastimado…

Mario, a un año sin usted, ya no podemos sin usted…

Maestro, el calendario insiste en recordar un mayo diecisiete

y la pluma se debilita

y los pensamientos se llenan de ayer,

yo sé que deberían llenarse de mañana

pero hoy es un hoy distinto, manchado, marcado, doliente, silencioso…

Hoy hace un puñado de días

que dejaron de escucharse las letras de su puño

y aunque habemos muchos que las gritamos, las cantamos, las leemos…

Habemos otros tantos que no podemos conformarnos

y lloramos como niño castigado en un rincón del aula

porque nuestro poeta, el que nos hizo poetas ya no escribe nada…

17 de mayo, dos mil diez, un día de usted, a tantos sin usted.

17 de Mayo 2011:

Parte de Novedades del 17 de mayo de un tal 2011

El día es como cualquier otro para los otros

y cada vez más, los otros quieren dominar al mundo

y los otros siguen siendo minoría

pero las mayorías siguen siendo de los otros

y que le digo, Mario,

es que no entendemos

y nos apendejamos

y seguimos escuchando las noticias…

y creemos que el mundo tiene algo que decirnos…

pero para mí no es un día de esos “otros”

en realidad amanecí con esa melancolía

que usted me sigue provocando

y me pongo a susurrar su poesía al oído de algún sordo

y mudo, con la garganta llena de coraje

trato de recordar sus ojos

el color de su cabello

y el número de cabellos grises de su bigote…

y entre sus versos todavía calientes

recién salidos del fuego

se me siguen saliendo las lágrimas…

¿Por qué se mueren los poetas?

¿Por qué se nos están muriendo tantos?

¿Por qué también se nos están muriendo las poetas?

¿Por qué se nos fue hace dos años, Mario?

¿Por qué se sigue desvaneciendo entre los desmemoriados, entre los que celebran sus letras en blanco desde poderes usurpados?

Hoy, los amigos que le juraron fidelidad eterna a sus versos sencillos, sensatos, exactos, precisos y calientes se han enfriado y se codean con algún poeta de moda y a usted lo han dejado empolvar en el librero de los libros viejos…

Yo, a usted Mario, no lo voy a olvidar

no lo voy a intentar

porque sus letras no se borran

sus páginas no se van a volver amarillas

y sus libros no van a pasar nunca del estante de arriba al de abajo…

Mayo nos alcanzó de nuevo, Don Mario

y se le extraña más que nunca

porque el mundo sigue necesitando de sus gritos,

de sus letrazos letales, de su ironía, de su Beneddetez…

Mario, hoy el cielo se ha vuelto a encapotar

quizá llueva, quizá no…

Pero el mundo sigue girando sin saber para qué gira,

los niños no conocen su poesía

y a los maestros de esos niños no les interesa quién es Mario Benedetti

y yo sé que por eso el mundo se va a pudrir muy pronto…

Ya sé, que no le importa, que por eso nos dejó

que este mundo ya no le da más comezón en el hemisferio izquierdo,

pero sus poemas inescritos, sus borradores intintos a mí me siguen

despedazando la sístole y la diástole…

Hoy es mayo, es diescisiete de mayo

el año procura ser un dosmil once indiferente

pero a mí, tonto, ingenuo, discípulo, seguidor, Santomésino, Padrenuestrolatinoamericanizado…

se me han salido las lágrimas

y me he juntado con Avellaneda a llorarle en la fuente de un parque solitario…

Avellaneda, por cierto, luce tan bien, tan morena, tan muerta, tan usted…

pero el parque luce triste, el triste luce parque y la fuente esta seca…

Quiero acordarme de su voz…

quiero memorizar las arrugas de sus mejillas

quiero dibujar su figura templada y segura

quiero recordarlo, quiero recordarlo, quiero recordarlo, quiero recordarlo, quiero recordarlo…

Parte de novedades:

Hace dos años murió un hombre de nombre Mario, de apellido Benedetti y de profesión poeta…

A este mundo, de profesión profeta del pasado, debería importarle.

A este escritor, de profesión anacoreta, le es imprescindible

gritarlo.

tomado de WWW.KAJANEGRA.COM Gracias por compartirlo.

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